Antes de nada, te recomiendo que veas la película Fight Club (1999). Y una vez la hayas visto, vuelve al Blog y comenzamos:
Aquí te adjunto una frase ideal que sale en esa película, dicha por Tyler Durden:
“La publicidad nos hace desear autos y ropas, tenemos empleos que odiamos para comprar mierda que no necesitamos. Somos los hijos malditos de la historia, desarraigados y sin objetivos. No hemos sufrido una gran guerra, ni una depresión. Nuestra guerra es la guerra espiritual, nuestra gran depresión es nuestra vida. Crecimos con la televisión que nos hizo creer que algún día seriamos millonarios, dioses del cine o estrellas del rock, pero no lo seremos y poco a poco lo entendemos, lo que hace que estemos muy cabreados.”
Desapego emocional de lo material
Desde que nacemos hasta que nos entierran estamos rodeados de cosas materiales. Y no es malo, ya que muchas cosas materiales nos han hecho evolucionar como especie, además de facilitarnos una vida que hace décadas era impensable. El problema radica, cuando le damos excesiva prioridad e importancia al ámbito material, sobre el emocional o personal. Este es uno de los procesos que se nos puede hacer más complicados que podemos abordar en terapia, ya que estamos bombardeados de estímulos materiales a todas horas y en todos sitios, de ahí, la gran importancia de tener una fuerte motivación para lograr objetivos en este tema en particular.
Es complicado despegarse de algo que lleva con nosotros toda la vida y además muchas veces no hemos tenido conciencia de acerca de esta dependencia, de ahí la gran dificultad inicial para hacerle frente.
Sentirse vacío es importante
No siempre estarás en tu prime. No siempre estarás en el top, en lo alto, Es importante que la vida a veces nos ponga en el sitio y nos de lecciones, de vez en cuando, para no relajarnos. Ya que la vida es un aprendizaje constante y una constante adaptación al entorno.
Por eso, la sensación de vacío, la sensación de cambio, la sensación de ordenar todo lo que tenemos dentro puede ser el inicio de algo mucho mejor que lo que estás experimentando a día de hoy y, sobre todo, lo que llevabas viviendo de un tiempo a esta parte. Porque, si ha aflorado este sentimiento de vacío, es por que algo de lo que creíamos que estábamos haciendo bien, es posible que no estuviese tan bien como pensábamos.
Comenzar el proceso de desapego de lo material
Como bien habrás visto en la película que he recomendado al principio. El proceso de desapego de lo material es un proceso complicado, que muchas veces nos llega sin nosotros quererlo, de manera súbita y con poco tiempo para acostumbrarnos. Pero también podemos elegir nosotros cuando tomar esa decisión y tirar hacia delante.
Es importante tener una planificación, una estrategia. Anota que objetivos tienes, el para que de ese desapego. Es importante plantearse muy bien el motivo central, ya que muchas veces nos vendrán momentos de bajón y tendremos que saber adaptarnos.
Esto nos llevará tiempo y no será fácil. Vendrán días complicados y deshabituarnos de algo que antes era muy gratificante para nosotros será costoso al principio. Pero con ayuda y ganas, se puede conseguir. Y créeme, la vida es mejor cuando eres libre.
Ayuda psicológica para trabajar el desapego
Cuando queremos iniciar un proceso de crecimiento personal y de autosuperación es importante pedir ayuda y consejo a los profesionales. Y los únicos expertos en las emociones y los pensamientos son los psicólogos, no aceptes imitaciones, búscate un buen psicólogo que te acompañe en este proceso de mejora vital.
El desapego a las cosas materiales es complicado ya que vivimos en una sociedad donde lo material cuenta con mucho poder. Pero lo que tengo claro, ya que lo he visto con pacientes en consulta, es que cuando una persona deja de depender tanto de lo material y se centra en sanar su interior, se vuelve más feliz, más segura y sobre todo, se queja menos y trabaja más en la sombra. Cuando buscamos tanto lo material, también solemos buscar la aprobación de los demás y cuando logremos deshacernos de esta aprobación externa, es cuando lograremos ser más felices y estar en paz con nosotros mismos, que no es poco.