¿Qué es la resiliencia emocional?
La resiliencia emocional es esa capacidad que tiene un ser humano para sobreponerse a las adversidades que se encuentre durante su ciclo vital. Esta resiliencia emocional es importante para nuestro bienestar mental, ya que nos ayuda a hacerle frente a situaciones desagradables y nos preparara para luchar.
Dicho esto, tenemos que entender que el termino resiliencia no significar evitar el dolor, mirar a otro lado o esconderse, sino aprender a adaptarnos a situaciones complicadas y recuperarnos tras los desafíos que tengamos. Como irás viendo a lo largo de este texto, la resiliencia es un proceso continuo, pero necesita de nosotros para ponerla en practica y mentalizarnos a ello.
El papel de la resiliencia en tiempos difíciles
La resiliencia emocional actúa como un amortiguador durante momentos de crisis o dificultades y nos ayudan a manejar mejor el estrés, la pérdida y la incertidumbre. Tiempos de crisis, malos momentos y situaciones complicadas vamos a tener a lo largo de toda nuestra vida, queramos o no, y que trabajemos en desarrollar una mejor resiliencia nos ayudará a hacerle frente a esas situaciones que, aunque no nos gusten, tendremos que enfrentar.
Y no es que una persona resiliente sea inmune al dolor, sino que una persona resiliente ha aprendido a sufrir y ha desarrollado herramientas para superarlo de manera más efectiva. Al final, esto es un aprendizaje, hay personas que cuando hay un problema se esconden, se borran del partido y también hay personas que, aunque tengan miedo se enfrentan, aunque no estén a gusto. Lo bueno de todo esto es que la resiliencia se puede trabajar en consulta.
Las características de las personas resilientes
Aunque todos sabemos que cada persona es diferente, dentro de las características de las personas resilientes podemos llegar a encontrar cualidades parecidas, como por ejemplo la flexibilidad para adaptarse a las situaciones, la perseverancia para seguir intentando salir adelante, aunque esté difícil la situación y una mentalidad positiva, abierta al cambio para mejorar.
Estas características permiten una mayor capacidad de adaptación y fomentan una visión de crecimiento ante las dificultades. Y como mencioné anteriormente, estas características también pueden ser aprendidas. Es posible que te cueste adaptarte a la situación cuando se complica, que te rindas con facilidad y que te entre el bajón más pronto que tarde, sin embargo, en consulta podemos aprender a abordar estas situaciones que tanto nos desagradan.
Reconocer tus emociones y aceptarlas
Es importante tener resiliencia, pero la base de la estructura es aprender a reconocer y aceptar nuestras emociones, en lugar de evitarlas o reprimirlas. Cuando pongamos nombre a nuestras emociones, tendremos más herramientas y seguridad para hacer frente a los desafíos de la resiliencia.
En este sentido, también es importante darnos permiso para sentir tristeza, miedo o frustración, ya que estas emociones, aunque desagradables, también forman parte de la naturaleza humana. Y que aprendamos a procesar estas emociones y que las validemos, reconocer nuestras emociones y aceptarlas nos ayudará a desarrollar mejor nuestra resiliencia.
El poder del pensamiento positivo
Como te tomes un asunto, te influirá en gran medida para bien o mal. Por eso, buscar la óptica más positiva del asunto y contar con un buen reencuadre cognitivo nos puede ayudar a ver las dificultades desde un punto de vista más optimista. Algo que nos facilitará estar estables mentalmente y no perder los papeles por momentos de tensión.
Aquí no se trata de ignorar los problemas, sino de enfocar la mente en posibles soluciones y oportunidades de crecimiento que puedan surgir de los desafíos. Una cosa es ser positivo y otra estar ciego y solo ver lo que nos interesa. Cuando aquí hablamos de pensamiento positivo siempre es basado en la realidad, basado en un positivismo que ayude, no un falso positivo que nos ciegue y nos impida ver todo el contexto que tenemos que abordar.
Construir una red de apoyo emocional
Nunca me cansaré de repetir que el ser humano es un ser social, ya que vivimos en sociedad y podemos elegir nuestro entorno más cercano, algo muy importante en nuestra vida. Y es que rodearnos de personas que nos apoyen y nos brinden una base emocional sólida nos ayudará a descargarnos cuando haya malos momentos, ya que esos momentos delicados, con compañía se pueden pasar mejor.
La resiliencia no es afrontarlo todo solo, como si fuésemos ejército de un solo soldado, resiliencia también es saber hacer piña, como decimos aquí en España, ya que contar con una buena red de apoyo nos dará esa fuerza que nos puede flaquear en momentos difíciles, para que podamos superarlos.
El papel de la autocompasión en la resiliencia emocional
La autocompasión nos permite ser más comprensivos y pacientes con nosotros mismos durante momentos de dificultad. A veces el peor enemigo está en nuestra propia cabeza y somos nosotros mismos, ya que en ciertas situaciones delicadas nos apretamos demasiado y a veces nos cuesta tener mano izquierda con nosotros mismos.
Tratarse con amabilidad y aceptar que todos enfrentamos momentos de debilidad puede ayudar a desarrollar una mayor resiliencia. Por eso, aprendamos a hablarnos bien, a perdonarnos, vamos a pasar toda nuestra vida con nosotros mismos, así que, por la cuenta que nos trae, deberemos tratar de estar en paz con los demás y con nosotros.
Técnicas para fortalecer la resiliencia emocional
Te muestro unas estrategias que ofrezco en consulta a mis pacientes, son un par de ellas y solo son ejemplos, esto no sustituye a un tratamiento pautado por tu psicólogo personal
Mindfulness: Nos puede ayudar a centrar la mente en el presente, ver cómo podemos enfrentar este problema y buscar soluciones, tratando de no paralizarnos por analizar demasiado las cosas.
Ejercicio físico: La fortaleza física también hace transferencia a la fortaleza mental y viceversa. Si nos vemos cada vez más fuertes, con más resistencia, con más aguante, esto nos motivará y ayudará a seguir luchando por conseguir lo que queremos y ahora nos cuesta.
Establecer metas realistas: Las personas trabajamos por objetivos, por eso para el tema de la resiliencia es importante marcarnos metas realistas que nos permitan hacer frente a ese problema y, sobre todo, que podamos conseguirlas.
Escritura terapéutica: Escribir es sanador, le ayuda a muchas personas, nos facilita el desahogarnos y volcar, ya sea en un aparato electrónico o en un papel, lo que necesitamos sacar fuera.
Convertir las dificultades en oportunidades de crecimiento
Al igual que antes te comenté que la actitud nos marca en gran medida, también lo hará como afrontemos esas dificultades, podemos verlas como un dolor interminable que no cesará nunca o como una oportunidad de crecimiento a largo plazo, cuando logremos salir de ahí.
Las experiencias difíciles, si se manejan con resiliencia, pueden transformarse en lecciones valiosas que nos permiten desarrollarnos como personas y mejorar nuestra capacidad para enfrentar futuros desafíos. Solo que esa lección, ese aprendizaje, lo veremos a largo plazo, mientras estamos luchando no veremos aún el premio de esa batalla.
El papel de la gratitud en la resiliencia
Que importante es la gratitud, que importante es valorar lo que se tiene y ser agradecido por ello, aunque lamentablemente vivimos en piloto automático y no solemos apreciar estas cosas.
Y es que practicar la gratitud nos puede ayudar a fortalecer la resiliencia emocional. Ya que estamos enfocándonos en lo que tenemos en la vida y en lo que hemos superado, siendo conscientes de lo que hemos conseguido. A veces, lo que veo en consulta es que hay personas que están profundamente afectadas por lo que les falta, pero que valoran muy poco lo que tienen y muchas veces lo que tienen no es poco.
Si queremos ser resilientes, seamos agradecidos, valoremos lo que tengamos y luchemos por conseguir lo que queremos, pero sabiendo lo que valemos y lo que tenemos.
La resiliencia como un proceso continuo
La resiliencia es un proceso continuo, es algo que no tiene una fecha límite o que acaba llegada una edad. Se trata de un proceso continuo de aprendizaje y adaptación, influenciado por nuestras experiencias y decisiones.
Con cada desafío superado, fortalecemos nuestra capacidad de enfrentar las dificultades, sintiéndonos más fuertes y preparados para lo que nos depare la vida. La vida son etapas, puede que ahora estés en una etapa donde te toque ser más resiliente, así que prepárate para lo que viene, mentalízate y lucha, cuanto más te enfrentes a situaciones complicadas, más fortaleza sacarás. A nadie le gustan los problemas, pero los tenemos que enfrentar de igual manera, queramos o no, así que, vamos a ello.