Aunque lleves toda una vida sin poner límites, que sepas que nunca es tarde, naturalmente las situaciones pasadas no podremos cambiarlas, pero si que podremos defendernos mejor en los próximos desafíos que se nos presenten en el tema de poner límites si aprendemos a ponerlos de una manera justa y responsable, con nosotros mismos y con los demás.
Si no sabes como poner límites, desde la psicología tenemos las herramientas que necesitas para aprender esta nueva habilidad, tan importante para la vida.
La importancia de poner límites
Poner límites nos da seguridad. Notamos que cuando ponemos límites nos queremos y nos respetamos a nosotros mismos, por lo que nuestra autoestima también aumenta ya que estamos en paz con nosotros mismos, algo muy complicado de conseguir a día de hoy.
Debemos poner limites cuando nos sintamos inseguros o sintamos que se están vulnerando nuestros derechos, tú tienes tus límites y puede que otra persona tenga otros y tienes derecho a expresar los tuyos. Sobre todo, porque si no le dices a la gente que te rodea que límites tienes, es posible que alguna vez haya conflictos por que han chocado vuestras dos maneras de ver un asunto. Por eso es tan importante aprender a hablar las cosas y clarificarlas, y no hay mejor manera de clarificar un asunto que poniendo límites.
El límite personal
Aunque hay unos límites comunes, cada persona pone sus propios límites y cada persona tienen unas líneas rojas que es mejor no pasar, por eso es tan importante hablar de los límites y decir cuáles son los nuestros, porque si no lo dices, la gente no sabe lo que te puede molestar. De ahí, la importancia de comunicar lo que sentimos, lo que nos gusta y también lo que nos desagrada.
En el espacio personal también entra el espacio físico, social, espiritual y laboral, ya que estos espacios también podemos delimitarlos de la manera en la que nosotros estemos más cómodos. Es un error ceder en nuestros límites por contentar a los demás, porque haciendo esto no estaremos conforme con los demás y mucho menos cómodos con nosotros mismos.
Identificar nuestros límites personales
En consulta hacemos un trabajo de introspección muy importante en el que vemos cuales son nuestros límites personales, pero también vemos cuales son las situaciones en las que aún no hemos aprendido a poner limites claros y que son situaciones que nos afectan en lo personal. Estas situaciones pueden ser no saber decir que no, dar demasiadas justificaciones o explicaciones, aún cuando no nos la pidan y un largo etcétera de situaciones más que se te han ocurrido a ti también.
Cuando sabemos nuestros límites y los ponemos en practica dejamos de buscar la aprobación de los demás, dejamos de complacer a los demás con tal de ‘’no discutir’’, porque antes de ‘’estar bien’’ con alguien está el asunto de clarificar bien las cosas para que no haya mal entendidos y que alguno de los implicados lo pase mal.
La dificultad para poner límites y cómo la terapia psicológica nos puede ayudar
En terapia vamos a abordar tu problema, que es lo que te pasa a ti, cuales son los conflictos que ves a la hora de poner en practica ciertos límites. Por eso la terapia psicológica es tan efectiva, por que personalizamos tu caso y te damos las pautas que tú necesitas para hacerle frente a ciertas situaciones complicadas.
Puedes aprender a poner limites por ti mismo, naturalmente, pero si un profesional nos supervisa a la hora de ponerlos en práctica vamos a aprender más y mejor. Por que esto de poner límites es un proceso, no se aprende en 10 minutos y muchos límites van variando con el paso del tiempo, por eso es importante tener detrás a un profesional que nos vaya asesorando en el tema de las habilidades sociales. Ya que se puede aprender a poner límites a cualquier edad, aunque claro cuanto antes empecemos menos sufrimiento iremos acumulando sobre este tema.
Pasos para poner límites
Como consejo te diría que aprendieras estas 5 cosas para poner límites.
Dedica tiempo a conocer tus límites personales
Los límites que tengan los demás tienen que ser tuyos, entiendo que tus amigos, familiares, pareja, hijos, compañeros de trabajo te pueden dar una orientación sobre cuales son los suyos, pero tú tienes que elegir donde está la línea de un límite con otro. Por ejemplo, hay personas que no le gusta que les insistan o que le repitan las mismas cosas muchas veces, como hace mucha gente por costumbre, pero también puede haber personas que no les moleste que les repitan las cosas. Al final cada uno tiene sus límites.
Habla de ti
Hay que ser sinceros, habla de ti, si algo no te gusta o no te ha gustado dilo. Claro, conciso y sin rodeos, ni medias tintas. Por ejemplo, decirle a tu pareja que ese comentario que soltó estuvo fuera de lugar, decirle a ese cliente que el tono que está usando contigo no es el apropiado, decirle a una persona de la calle que respete tu espacio personal. Como veis hay miles de situaciones donde podemos decir lo que sentimos acerca de nuestros límites.
Constancia
Lo más complicado que veo en consulta con pacientes que están empezando a poner límites después de mucho tiempo es que no son constantes o que cuando llegan momentos de conversaciones difíciles se echan atrás por miedo o por inexperiencia abordando estos problemas. Por eso, es tan importante ir a consulta, para que un profesional nos guie sobre que hacer en estas situaciones tan complicadas que no sabemos abordar.